Arroz del Monte del Saber

Monte por Mont y saber por sé, o sea, Montse, es decir, que Montse me dio la receta. También podría ser porque del arroz se hace un pequeño montículo y además porque sé hacerlo, pero eso es entrar en filosofías que, con hambre, no competen. En realidad, y para entendernos, mejor bautizarlo como Arroz Montse, que siempre me han gustado los apócopes.

Bien sencillo, se calienta el aceite con cuatro dientes de ajo enteros en una paella (sartén especial para hacer este tipo de arroces). Cuando están doraditos (se ve que el diminutivo es importante para dar recetas de cocina) se retiran hasta la basura (los ajitos, digo). Se pocha la cebolla, a fuego lento y con cariño, cortada a cuadraditos. Cuando ya está bien pochadita, se añade un buen jamón serrano (realmente de la calidad de este depende la calidad del plato, así que no escatiméis en barateces) cortado como la cebolla y se sofríe un poquito más. Se le añade el arroz (el número de tacitas que corresponda, según comensales) y se revuelve un poquito, para calentarlo. Se le añade el agua caliente (dos tazas por tacita de arroz), si es necesario luego se le añade un poquito más. Se pone la paella en el horno calentado previamente a 180ºC y se deja un cuarto de hora, más o menos, porque aquí todo depende del horno y cada cual se conoce el suyo (“que no está el horno para bollos”, nunca mejor dicho). Cuando ya está hecho, se pone queso por encima y se deja gratinar un poquillo.Y a comer. Buenísimo, y muy fácil de hacer, como habéis visto.