martes, 3 de marzo de 2009

Las migas de Julián

Tengo el honor de colgar en éste, nuestro caos abierto al público, una receta de Julián.
Copio y pego el texto que me mandó en su día.


Hay muchas maneras de cocinar migas, dependiendo de la región en que nos encontremos, porque al parecer se trata de un plato típico de la vieja España y no se encuentra en otros sitios. Nació como manjar de arrieros y pastores, que aprovechaban las sobras de pan duro y las mezclaban con distintos ingredientes, como podían ser el ajo, el pimiento, el aceite, alguna que otra hortaliza más y... algún trozo de tocino, ad maiorem Dei gloriam, porque eso aseguraba la cristiandad de la receta, para diferenciarla de la cocina musulmana.

En el resto de sitios ni idea, pero por lo que yo sé en el norte de Extremadura se siguen haciendo muy bien, con estilo... Son mis preferidas. Se puede decir que de pequeño me criaron mis abuelos, y mi abuela sabía que éste era mi plato preferido. Ad gustum. Y es que sólo la promesa de cenar migas despertaría a Lázaro. Animus iocandi, con perdón.

Se usa pan del día anterior porque es mejor, según dicen, que esté “asentao” aunque no quebradizo. Se corta el pan en lascas finas, pequeñas, y una vez con todo lo humedecemos sin que chorree y lo dejamos reposar. Se fríen aparte los trocitos de tocino, a los que luego se añade ajo y pimiento, y una pizquita de sal. El pimiento es el ingrediente fundamental que diferencia las extremeñas de las manchegas, además hay quien apenas lo fríe, y hay quien lo mezcla con las migas prácticamente crudo. Después metemos las migas de pan a la sartén con el sofrito, y prendemos sin miedo.

En el pueblo de mi madre hay quien las hace de distinta forma, añadiendo también pimentón dulce, de la Vera, y se comen acompañadas de café, para desayunar, a buen gusto. Yo no acostumbro a tomarlas con café, salvo contadas veces, y las como en seco, con tenedor para que duren más.

¡Dios mio, qué gran plato! Eso sí, engorda la órdiga, cuidadín los que estéis a dieta.

13 comentarios:

Rodros dijo...

Yo con las migas sigo la modalidad Géminis. Y las como con uvas. mmmmhhhhhhh....mmmiigassssss*

*Obsérvese el hilillo de baba cayendo por la comisura de los labios

wen- dijo...

Pues a mi me las hace mi agüela, que lo sepáis, que además es extremeña XD y le quedan de muerte.
Juliá, qué chachi tu colaboración :)

Raúl dijo...

Irre, gracias! el honor me lo haces a mí, ¿pero qué ando hablando de honores cuando tengo esas migas delante? mmm...

¿A tí también tu abuela, Wen? qué buena :)

Raúl dijo...

Acabo de 'probar el tocino' jejeje No me había fijado XD

belenmadrid dijo...

pero el tocino ha sido irre entonces? me parto XD

hasta latín aprendo en este blog..

Rod, supongo que te refieres a comprarlas hechas, porque yo con uvas no las he comido nunca..

Irreverens dijo...

Lo único de mi cosecha que hay en esta receta es el tocino, sip.
XD

Ah, y que sepáis que yo nunca he comido migas...
:)

Raúl dijo...

Casualidad yo he cenado hoy migas, pero de las malas, ni comparación, de las compradas en el super. Hace mucho que no comía y pillé hoy jaja

Rodros dijo...

Irre, cuantas veces te he dicho que no le laves los dientes al cerdo con Profident?

Irreverens dijo...

¿Por qué no? Si está la mar de guapetón, el tío.
XD

dintel dijo...

Mmmmm, me encantan las migas... o mejor dicho, me encantaban.

Raúl dijo...

Jajaja Dintel ¿y eso?

Irre, igual te gustarían, lo peor que tienen es que engordan mucho, quizás como desayuno en un campamento volante sí que.. no, tampoco, tampoco. Más que nada en invierno, imagino, no sé.

Irreverens dijo...

Uy, si no es porque engorden ni nada de eso. Sencillamente es que nunca he tenido ocasión. En mi familia no se han cocinado nunca y luego tampoco me he encontrado delante de un plato de migas.
:)
Seguro que están divinas.

Nikaperucita dijo...

VAYA...M-I-G-A-S o_O